jueves, 28 de agosto de 2008

Peruanidad en alto, ¿Pero con qué instituciones?

Dejando de lado lo de las anécdotas y las vivencias diarias, doy paso a un poco de la política en nuestro país.
En la última celebración de nuestras fiestas patrias, el orgullo de ser peruano se notaba en nuestros rostros. Banderas en las calles, globos blancos y rojos, y miles de personas gritando en las calles ¡Viva el Perú carajo!. Y como no estar orgullosos de la belleza de nuestro país. Es decir, es como dice la canción: "Ricas montañas, hermosas tierras, risueñas playas, es mi Perú. Fértiles tierras, cumbres nevadas, ríos, quebradas, es mi Perú [...]".
Pero a todo este orgullo que sentimos hacia nuestro país se suma la total desaprobación hacia nuestras autoridades representativas.
Este problema podría desaparecer si las autoridades cumplieran sus promesas hechas antes de las elecciones.
Precisamente, las autoridades e instituciones deberían notar el descontento en la población, preocuparse por poder cumplir esas promesas y cambiar radicalmente la actitud que tienen sobre la población.

Nosotros debemos demandar una reforma institucional, para que la desaprobación hacia el gobierno y el orgullo de ser peruanos dejen de tener gran contraste.