jueves, 2 de septiembre de 2010

Aquello que tenía guardado: Segunda Parte


Una entrada sobre mí siempre será compleja y hasta hiriente para algunos de los que me conocen, pero es la verdad sobre mí. Aun no defino que es lo que quiero ser, y no me refiero al aspecto laboral, sino a la persona que estoy formando.
Un autoanálisis me reveló una cosa interesante: Siempre he estado rodeado por mujeres. Desde la primaria tuve más amigas que amigos. En la secundaria, gracias a un colegio que no es partidario de la mezcla de géneros, pude comprender el misterioso mundo del que soy parte. Entender a un hombre es más difícil que a una mujer y, por tanto, poder comprender quién soy yo es una tarea extenuante. Ya en la universidad, aún tengo ese defecto de estar rodeado por las chicas. Y es que, cada vez que comparo el nivel de madurez entre chicos y chicas universitarias, estas últimas constantemente ganan. Aunque hay muchas también que no comprenden que han crecido y siguen en un mundo de fantasía. Quizás, el estar rodeado por las chicas sea el motivo por el cual logro comprender a muchas y sus problemas, pero es un mundo tan complejo que cada día aprendo algo nuevo.
Recuerdo la primera parte de estas confesiones, y debido a ello, muchas personas me enfrentaron y me criticaron, diciendo que como era posible que escribiera eso, que era una falta de respeto. Por eso, quisiera lanzar unas preguntas abiertas: Si tú te sentiste ofendido con mi comentario, ¿Alguna vez me preguntaste si tenía algún problema?, ¿Te sentaste conmigo y me pediste que te contara sobre mi vida?, ¿No sabes quién soy y así te consideras mi amigo? Naturalmente, no sabrás o no querrás responderte, pero te diré porque no puedes: Porque confío esa parte de mi vida a los que de verdad considero mis amigos.
Tengo miedo a muchas cosas. La sobreprotección de mis padres por ser hijo único no me dejo crecer normalmente. Es por eso que soy desconfiado. He perdido muchas cosas, muchas oportunidades debido a ello. No me puedo integrar completamente a un grupo porque tengo miedo de no ser aceptado por todos los miembros. Me siento más cómodo organizando un grupo que uniéndome a uno establecido. Y, aunque no lo parezca, me siento mal muchas veces, pero, una falsa sonrisa puede ocultar mucho.
A pesar de todos estos problemas, trato de seguir adelante y una de las cosas que he podido aprender es que para enfrentar un problema lo primero es aceptarlo, y para mí, escribirlo en una entrada es la mejor forma de aceptarme y poder cambiar, aun sabiendo que la gente que me rodea lo leerá y se puede llevar un mal concepto de mí.
Y, por último, si he decidido contar esta parte de mi vida es porque quiero cambiar, porque sé que puedo, porque no me siento completamente a gusto cada vez que ayudo a alguien porque no he podido ayudarme a mí mismo, porque, valiéndome en la confianza que tuve en mi para postular e ingresar, quiero ser mejor una mejor persona.

No hay comentarios: